Las ABC, son Aruba, Bonaire y Curaçao, tres islas de las antiguas Antillas Holandesas, que están en el norte de la costa de Venezuela y más al Oeste de los Roques.
Cada una tiene su estatus diferente y reglas diferentes y para ir de una a otra hay que hacer los mismos trámites que si cambias de país. No se parecen mucho.
Bonaire es la primera que visitamos, está mas al este de todas, tiene solo 20.00 habitantes y es muy plana, Es un municipio del Reino de Holanda, hablan holandés, inglés, papiamentu y algo de español y usan el euro y el dólar. En papiamentu, buenos días se dice Bon dia, como en catalán y lo dice todo el mundo, así que yo como en casa.
Es cómo un trocito de Europa en el Caribe, muy limpio y ordenado y el estándar de servicios es alto. Hay tiendas y boutiques. Y un punto importante, es uno de los pocos paises del caribe que los electrodomésticos funcionan a 220V, pudimos comprar una tostadora nueva!. También aproveché para sustituir el cargador solar que se nos quemó en Puerto Rico, y encontré un muy buen técnico que me recalibró el software de los cargadores y ahora nos funcionan mucho mejor. El barco siempre tiene cositas que hacer y siempre reclama cariño y dinero.
Lo más atractivo en esta isla pasa debajo del agua, es la vida submarina lo que atrae a casi todos los turistas que vienen.
Toda la isla es parque natural, y no se puede fondear, hay un pequeño puerto deportivo y muchas boyas para barcos de paso como nosotros, delante de la calle principal. Si hay boya te amarras y te quedas, si no hay, te toca ir al puerto o si no pues te vas de la isla. Tuvimos suerte por ir con la temporada muy avanzada y encontramos boya. Aqui estamos en fila 2.
Lo bueno es que para ir a bucear, sólo te amarras a una boya de inmersión y te tiras desde el barco. Como he dicho lo espectacular está debajo. Como muestra estas fotos.
Aquí nos encontramos con Owen y Miranda, sudafricanos que conocimos en Becquia hace más de 2 años, ahora viven en la isla, y disfrutamos mucho de su compañía. Nos hizo mucha ilusión reencontrarnos! Un dia tomando unas copas en la playa, nos hablaron del fenómeno de los Ostrácodos.
Los Ostrácodos, son unos moluscos entre el tamaño de una semilla de sésamo y microscópicos, y tiene una característica muy especial. Los días posteriores a la luna llena hacen un ritual sexual, y se vuelven luminiscentes. Para verlos hay que ir bajo el agua de noche y sin linterna. El espectáculo es de primera clase, es como estar en Avatar, pero sin gafas virtuales. Te metes en el agua andando desde la orilla, la noche es clara hay luna llena, el agua esta 30º, nadas hacia dónde hay una profundidad de 6m, en una zona con coral blando y arena y te sumerges hasta el fondo, sin remover la arena. Justo unos 20’ después de la puesta del sol, estas ahí en silencio, claro debajo del agua no puedo hablar, esperando. Es de noche pero es tan claro que veo a Mónica y Owen debajo del agua, perfectamente. De repente miles de lucecitas se encienden a nuestro alrededor, se pegan a las manos, los brazos, las gafas de bucear. Unas duran unos minutos o menos y se apagan, pero simultáneamente otros miles aparecen. Es alucinante, nunca habíamos oído hablar de este fenómeno, y nos dejó impactados. Estuvimos un buen rato y salimos con una sensación muy extraña.
Mas tarde leí que durante la II WW, los japoneses, recolectaron millones de ellos y los usaron para leer mapas en el frente de batalla y no ser detectados por el enemigo por usar luces más potentes.
Nosotros además aprovechamos a hacer un curso de free dive, o inmersión en apnea, sin botellas. Bueno no nos resultó fácil bucear cabeza abajo en vertical y compensar los oídos. Hicimos el curso con la escuela de Carlos Coste, que ha sido campeón mundial y tiene varios récords Guinness. Un dia tuvimos el honor de hacer las prácticas con él, se mueve en el agua mejor que algunos peces!! Impresiona ver en directo como pueden estar 5’ sin respirar.
No llegamos tan profundo cómo nos hubiera gustado, pero si cogimos mucha soltura bajo el agua. Bueno los 25 m en horizontal si los hacemos. Las fotos quedaron muy bien.
Aquí encontramos varios miembros del OCC, Ocean Cruising Club, y se organizaron varios encuentros de crucerista, tuvimos mucha vida social. Hicimos nuevos amigos. Como hacen la misma ruta hacia el oeste y hacia Panamá, nos los iremos encontrando por el camino.
La siguiente parada fue en Curaçao. Es un navegación corta, llegas el mismo día y vas con viento en popa. También es holandesa, pero su estatus es diferente, es un país autónomo bajo el reinado de Holanda. Su idioma es el holandés, el inglés y el papiamento y su moneda el florín de las Antillas. Hay que ir al cajero para poder pagar en moneda local.
Es mucho más grande que Bonaire, son 160.000 habitantes y su actividad principal es el ser paraíso fiscal, y residencia de miles de sociedades holandesas. Eso viene de cuando en la II guerra mundial, y Holanda fue invadida por los nazis, se trasladaron muchas sociedades aquí para no ser incautadas, luego evolucionaron al estatus actual.
La Capital es muy colorida, con arquitectura colonial holandesa y colores pastel, y tiene un puente flotante muy curioso. Cuando está abierto para el paso de barcos , y a veces tardan en cerrarlo, tienen un ferry alternativo, ya que parte la ciudad en dos. Fuimos a un patio de comidas local, muy curioso a probar el plato típico, el cabrito estofado, que resulta chocante comer cuando estas a 30ºC. Otro plato típico local es la iguana estofada, pero eso no me apeteció probarlo.
Fue el centro de trata de esclavos de centro américa durante los siglos XVI a XVIII, y más tarde aquí se instalaron macro refinerías para comercializar el petróleo que se extraía de Venezuela. En fin todo negocios honor…..
Visitamos uno de los museos de esclavitud más tristes de los que hemos visitado nunca. No es genérico, aparecen nombre y detalles personales de miles de ellos que fueron vendidos y comprados en esta ciudad.
Para los cruceristas Curaçao es muy diferente de Bonaire, aquí se fondea en una gran bahía, llamada Spanse Baai, y estamos muy lejos de la ciudad, hay que tomar taxi o alquilar un coche, o ir en bus. Es una pesadez para lo de los papeles y los trámites. Lo bueno es que hay casi de todo. Aquí recosimos una vez más y esta era la 5ª vez nuestro génova. La banda de protección solar y el hilo se queman con bastante facilidad. Por lo demás conserva la forma bastante bien. Llevamos uno de recambio, pero aún no toca el relevo.
Aquí es difícil bucear, fuera de la bahía en los arrecifes hay muchas olas y no hay dónde dejar el barco. Pero la bahía es un sitio buen para el windsurf, y disfruto mucho haciendo ejercicio por ahí.
Hay un tráfico infernal de lanchas que llevan a la gente a bañarse por las esquinas de la bahía, o a muchas casas y resorts muchos de superlujo que hay en la zona.
Volvimos a encontrarnos con algunos navegantes de Bonaire, y conocimos a gente nueva.
Estamos unos días y nos preparamos para la siguiente travesía hacia Cartagena de Indias, Colombia. Hemos decidido no parar en Aruba, sólo hay un sitio para fondear, tampoco de puede bucear desde el barco.
Serán 3 días y sus noches pasando por una de las zonas más complicadas del Caribe, el Cabo de la Vela, suelen haber mucho viento, es normal encontrar rachas de 45 a 50 nudos y mucha mar. Nosotros nos asesoramos y decidimos dar un buen rodeo, navegar hacia el norte buscando zonas con más de 1000 m de profundidad, para tener olas más atemperadas, y alejándonos de la costa no tendremos los vientos catabáticos fuertes que vienen de Sierra nevada, una montaña de más de 3.000 m que está al lado del mar. Nos perdemos el espectáculo de ver la nieve al lado del mar en el Caribe, pero es que hay que evitar las emociones demasiado fuertes. También esperemos que las innumerables tormentas eléctricas típicas de la zona en esta época nos respeten y no nos caigan encima.
Al final, fue una travesía rápida y bastante placentera. Los relámpagos los vimos toda la noche pero no estaban encima, y sólo nos pasaron un par de chubascos. Entramos en zona y temporada de tormentas con lluvias torrenciales y mucho aparato eléctrico. Eso nos da mucho miedo a todos los que navegamos por aquí. Te pasas todo el tiempo pensando en que si cae un rayo, toda la electrónica y todo lo eléctrico se funde, y eso hace que navegues a ciegas, nada funcione y lo dicho asusta. Nosotros usamos la caja fuerte ( si llevamos caja fuerte) como jaula de Faraday, y guardamos los PC, telf., el iridium y pensamos que por lo menos eso se salvaría, aunque no estoy muy seguro.
Durante la travesía además de ver muchos delfines por fin pescamos. Fueron dos peces enormes, dos peces Vela . El sueño de muchos pescadores de altura, son los hermanos mayores del Blue Marlin, al primero lo tuve que soltar, pues era mucho más grande que yo y no lo podía subir a bordo. El segundo, sólo media 180cm desde inicio de cola hasta punta de la espada, y a ese si lo pude subir. Son espectaculares cuando luchan, los saltos que pegan al salir del agua, crees que estás en una película. Desgraciadamente no lo pudimos filmar, trabajo ya teníamos para parar el barco ya que vamos a vela, con viento y muy deprisa, y recoger sedal y librar la batalla, nos faltaban manos. Era inmenso y más tarde descubrimos que además era delicioso. Creo que le sacamos mas de 20 raciones y no lo pudimos guardar todo, no cabía en el congelador!..
Llegamos a Cartagena sin contratiempos ni averías, de día y cómo estaba previsto, la autoridad del Puerto nos da permiso para entrar, hemos tenido que contratar un agente, para ello, y nos dieron un número de autorización que te piden por radio, y en el Club de Pesca nos esperan con un amarre estupendo para las próximas semanas.
Las aventuras en Colombia serán para el siguiente Post.
Quina passada!!! Amb ganes de llegir el següent!
Un relato interesante y ameno de cabo a rabo! Incluidas las fotos! Si podeis en el proximo post colgad una foto de la derrota de la traveis hasta Cartagena…