https://vimeo.com/elplanb/download/501256802/0c78ea7a45Después de 9 meses sin dejar el barco, nos apetece un poco de montaña y disfrutar de los colores del otoño. A pesar del Covid-19 nos decidimos a dejar el barco unos días en Annapolis, alquilar un coche y hacer un recorrido por los Apalaches y un par de Parques Nacionales.

La Cordillera de los Apalaches transcurre paralela a la Costa Este de Norteamérica, desde Canadá hasta Alabama durante 2.400 Km. No son unas montañas muy altas, la altura máxima es de 2.037 metros, pero si de bosques muy frondosos y en otoño tienen un colorido precioso.

De punta a punta va el Appalachian Trail, un camino para hacer andando y bien equipado; los Americanos suelen hacerlo en varias veces, un trocito cada vez. https://www.blueridgeparkwayoverlooks.com/blue-ridge-parkway-travel-maps/blue-ridge-parkway-map/

Nosotros hacemos la parte sur de los Apalaches, siguiendo 2 carreteras panorámicas: la Skyline Drive y la Blue Ridge Parkway. En ambas la velocidad máxima es de 40 millas por hora y no hay cruces de otra carreteras, pero si montones de paradas para vistas panorámicas o para dejar el coche y coger senderos que se adentran el bosque o van hasta algunas cascadas, lagos o rocas singulares. Puedes coger desvíos de la carretera de  vez en cuando, para ir hacia los pueblos cercanos, ya que en estas carreteras apenas hay donde comer o dormir, aunque si hay muchas zonas de picnic.

Empezamos el viaje por  la Skyline Drive, en el estado de Virginia. Entramos en el Shenandoah National Park y encontramos los colores que buscábamos, los arboles de color amarillo, rojo y naranja, un  contraste después de tantos meses de mar. La carretera va por la parte alta de las montañas, así que paramos varias veces para disfrutar de las vistas. En el área de picnic que paramos a comer coincidimos con un autocar de “Amish”, que nos resultan bastante curiosos.

Al final de esta carretera, salimos del Parque y  nos vamos a pasar la noche a Charlottesville, una pequeña ciudad bastante bonita, donde está la Universidad de Virginia, una de esas universidades de película en la nos hubiera gustado estudiar. Fue fundada por Thomas Jefferson.

Thomas Jefferson fue uno de los “padres fundadores “ de Estados Unidos, principal autor de la Declaración de Independencia y tercer presidente del país.

En esta ciudad está su residencia Monticello, muy bonita casa rodeada de jardines, que no podemos visitar por que ese día no había plazas disponibles.

Seguimos nuestra excursión por la Blue Ridge Parkway. Esta carretera  de 755 Km transcurre por Virginia y Carolina del Norte, y une los parques de Shenandoah National Park con el Great Smoky Mountains National Park, nuestro destino final.  Esta carretera se empezó a construir en los años 30 como parte del Plan New Deal de Franklin D. Roosevelt. No se acabó hasta el 1987.

Esta carretera es como la anterior , entre bosques otoñales, algún animalito, hacemos algún paseíto por el bosque y nos tomamos un  picnic en una parada con vistas a las montañas de colores anaranjados.

Y pasamos las noches en pueblos cercanos a la ruta, en Roanoke, en Mount Airy…

Esos días en esta zona hay aviso de tormentas fuertes debido a que está cerca la tormenta tropical Zeta.  Un dia nos levantamos con un  diluvio espectacular y mucho viento. Mal día para conducir; el primer pensamiento: suerte que tenemos el barco bien amarrado  !!!

Pasamos por la zona origen de la música country, la música Old Times y el Bluegrass. Pasamos por Galax y otros pueblos cercanos donde hay varios locales donde habitualmente tocan esa música en vivo. Pero este año con el Covid-19 no hay actuaciones en directo.

Solo en el centro Blue Ridge Music Center, hacen algunos días demostraciones para los turistas. Llegamos justo cuando han acabado una, pero el músico fue tan amable que nos hizo una pequeña explicación y demostración privada.

Entramos en el estado de Carolina del Norte y pasamos por Boone, el pueblo de Daniel Boone ; nada de especial.

Ya estamos en Halloween , y hace días que vemos montones de casas decoradas con calabazas, esqueletos , niños disfrazados, etc nos resulta divertido.

Pasamos una noche en Ashville, una ciudad importante, en la que hay muchas cervecerías locales, artistas, y la mansión mas grande de Estados Unidos, Biltmore, una de las mansiones de la familia Vandervilt..

Allí encontramos un estupendo Wine Bar con música en directo, por fin. Y también mucho frio, se nota que ya es noviembre y montaña.

Y llegamos al final de la Blue Ridge Parkway en Cherokee, al pie de las Smoky Mountains.

Cherokee es una reserva india , pero en realidad es un pueblo moderno y bastante feo. Tiene el Museo de los Indios Cherokee donde se muestran las tradiciones de estos indios y se explica como les fueron echando de sus territorios hacia el oeste del país ( el “oeste” empezaba al oeste de los Apalaches), por el Sendero de las Lágrimas (Trail of Tears);  la historia es realmente triste.

Empezamos la visita del Great Smoky Mountains National Park, el parque mas visitado de USA  y decidimos hacer una excursión a caballo por la montañas, que disfrutamos mucho.

Luego subimos en coche a la montaña mas alta del parque y efectivamente vemos el “humo” sobre las montañas; Se llaman montañas humeantes por el efecto de la niebla que se crea por las gotas de agua en suspensión y los hidrocarburos expulsados por los árboles.

Mas tarde pasamos al lado oeste del parque y ya estamos en el estado de  Tennessee . Dormimos en Gatlinburg , una ciudad llena de locales que son pequeños parques de atracciones, restaurantes, tiendas y  mucha gente. Todo lleno a tope, parece que allí no les afecte el Covid-19, increible !!!

Al día siguiente hacemos la excursión a Cades Cove.  Es una zona en la parte alta del parque ,  una inmensa pradera en la que había un pueblo a finales del siglo XIX del que aún quedan algunas edificaciones originales, varias casas o cabañas, graneros, iglesias, molino del agua, etc a nosotros nos recuerda a la serie de TV de cuando eramos jovencitos “La Casa de la Pradera”, ya veíamos por allí a la familia Ingalls correteando.

Esa noche la pasamos Pigeon Forge , de donde es Dolly Parton y donde tiene un parque de atracciones. Este también es un pueblo lleno de atracciones , restaurantes , espectáculos, etc

Vamos a cenar a uno de esos locales que llaman  Dinners. Parece que estemos en la película Grease, la decoración, la música, los camareros y camareras vestidos años 50’  cantando y bailando, hamburguesas, batidos… muy divertido.

Y luego vamos al Teatro a un espectáculo country. Aforo reducido , una fila de cada dos y entre pareja y pareja 4 asientos vacios. No parece que haya riesgo.

Ya de vuelta a casa, pasamos por la Ruta de la Barbacoa y paramos a comer Pulled Pork o Barbecue  al estilo de Carolina del  Norte. Muy bueno. Para ellos la barbacoa no es lo que nosotros conocemos como tal, sino una cocción de varias horas a baja temperatura, pero eso ya lo explicaré en otro post.

Y paramos a pasar la noche en Raleigh y visitamos a nuestros amigos Kate y Kiku Vives y sus hijos Teo y Mia, que nos ofrecen una cena deliciosa, al estilo de las tierras del sur. Lo pasamos en grande.

Finalmente visitamos Richmond, antigua capital Confederada.

Y antes de ir al barco decidimos pasar por Washington, es el día después de las elecciones presidenciales y nos hace gracia ver el ambiente. Quedamos impresionados, es una ciudad desierta , muchísima policía alrededor de la Casablanca, que es una auténtica fortaleza,  Todos los cristales de los locales en planta baja cubiertos con paneles de madera, casi todo cerrado , la verdad es que intimida.

Al día siguiente volvemos para visitar algún museo, y damos mas vueltas. La zona del National Mall donde está en Capitolio, los museos, edificios del Gobierno, Casablanca… todo desierto, nadie por la calle, nadie en los museos, todos los bajos con paneles de madera (está así desde que empezó el movimiento de Black Lives Matter) y hasta tenemos una manifestación anti Trump delante de la Casablanca. Impresionante, toda una experiencia esta visita a Washington, nada que ver con la ciudad habitual.

De ahí volvemos al barco a continuar con nuestro periplo.

 

 

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