Con Francesco y Yuka, decidimos “explorar” un poco el interior del país, así que nos fuimos hasta Petrópolis, ciudad creada dónde el emperador Pedro II pasaba el verano.

La historia de Brasil es curiosa, cuando Napoleón invadió media Europa, incluida la península Ibérica, allá por 1808, la familia real portuguesa con Joao VI se exilió a Brasil.

Años más tarde cuando regresaron a Portugal, el hijo de Joao, se quedo en Brasil como príncipe regente y en 1822, declaró la independencia de Brasil respecto Portugal y se autoproclamó emperador Dom Pedro I. Luego se pasó de frenada y sus leyes a medida suya y de sus privilegios hizo que no le cayera demasiado bien a sus compatriotas  lo hicieron abdicar, luego varios regentes gobernaron el país hasta la mayoría de edad de su hijo Pedro II ( que entonces tenía solo 5 años),este fue más famoso por lo que bebía y se beneficiaba que por lo que hizo. Tampoco acabó demasiado bien tuvo que abdicar y acabó sus días en Portugal.

Así que hemos estado de visita turística por el palacio, y podemos constatar que vivían a cuerpo de rey, y por una ciudad de aire europeo.

casa de Santos Dumont

Aquí pasaba temporadas el aviador Santos Dumont, que se disputa con los hermanos Wright el honor de ser los primeros aviadores. Su casa es muy curiosa, no tenia cocina, y un diseño de escalones muy especial.

Cómo este periplo nos lleva de sorpresa en sorpresa, y viendo que estábamos cerca de una población muy curiosa, decidimos acercarnos hasta Ouro Preto.

Estamos en el Estado de Minas Gerais, la capital es Belo Horizonte, pero la ciudad minera más famosa y antiguamente la capital era Ouro Preto, (Oro Negro). Empezó como un asentamiento minero, y en 1711, ya le dieron el calificativo de ciudad.

Pero a mediados del XVIII, en plena fiebre del oro, era unan bulliciosa ciudad con edificios majestuosos, y los mejores artistas de América del sur vinieron a trabajar aquí.

Así que visitamos las iglesias, recorrimos sus empinadísimas cuestas, vimos los antiguos palacios convertidos en restaurantes y tiendas y hasta entramos en una mina de oro.

En esta mina, que era muy pequeña, y que se entra por el patio de una casa particular, te viene de nuevo la negra historia de la esclavitud.

Brasil la abolió a finales del XVII, pero con la fiebre del oro la volvieron a legalizar, en 1825, en este siglo el 40% de los esclavos sacados de África fueron a parar a este país. A la necesidad de mano de obra del Oro, y a su declive empezó y le siguió unos años después la del café, total la esclavitud no se abolió hasta 1888.

 

 

 

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